97,3 Confirmación


97,3.- La confirmación es un sacramento por el que, con la unción del santo crisma , hecha en la frente con la mano del ministro, y las palabras prescritas, se concede a los bautizados el Espíritu Santo para creer firmemente, ser testigos de Cristo en las palabras y las obras, y defender intrépidamente la fe que recibimos en el bautismo.

El sacramento de la confirmación nos hace madurar como cristianos, nos perfecciona como persona humana, y nos hace mejores templos del Espíritu Santo.

Este sacramento, de ordinario, lo administra el Sr. Obispo; pero si él lo delega, puede administrarlo un sacerdote .

La gracia recibida en el bautismo debemos fortalecerla con el sacramento de la confirmación . Así podremos cumplir mejor los deberes del cristiano, y vencer las dificultades que se nos presenten en el camino de nuestra salvación. La vida cristiana está en abierta oposición con la vida mundana. El cristiano vive en tensión continua:

en el interior lucha contra las malas inclinaciones, y en el exterior contra el mundo y el demonio. La confirmación imprime en el alma el carácter de soldado de Jesucristo , y vigoriza para el combate cristiano. La confirmación nos vincula más perfectamente con la Iglesia. Nos enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo.



Es un obligarse más seriamente a difundir y defender la fe de palabra y de obra . En el n 75 te hablé del apostolado de los seglares.

La confirmación hay que recibirla en estado de gracia . El que recibe la confirmación, a sabiendas, en pecado grave comete un sacrilegio. Si el confirmado tiene uso de razón , debe estar suficientemente instruido en la Religión Católica.