El aborto


Las mujeres abortistas dicen que ellas hacen de su cuerpo lo que quieren; pero el feto no es una verruga. Es un ser humano.

Julián Marías , de la Real Academia Española, en un artículo del ABC , dice cosas muy acertadas: «Eso de que el feto es parte del cuerpo de la madre es una insigne falsedad, porque no es parte, está "alojado" en ella, "implantado" en ella. Una mujer no dice "voy a tener un tumor", sino "voy a tener un hijo"...

A veces se usa una expresión de refinada hipocresía para denominar el aborto provocado: Se dice que es la "interrupción del embarazo". Como si al ahorcar se le llamara "interrupción de la respiración"...» Esa nueva vida que se ha formado en el vientre de una madre, no le pertenece a ella, pertenece a la especie humana, pertenece a Dios .

Dios ha dispuesto que los primeros días del ser humano se desarrollen dentro del seno de la madre para proteger su vida. Esto para algunos seres, en lugar de ser una defensa resulta un riesgo, pues madres que no se atreverían a asesinar a su hijo de dos años, se atreven a hacerlo si sólo lleva pocos meses en su seno. Estas madres traicionan la misión que Dios les ha confiado. Esto no lo hacen ni las fieras.

Todos los animales defienden a sus crías. El que en algunas naciones el aborto no esté penalizado por la ley, no lo convierte en moral. Las normas morales absolutas son independientes de la voluntad de los hombres. La ley de Dios prohíbe el aborto, y ninguna ley hecha por el hombre puede hacer lícita la muerte de un inocente. La ley universal de Dios obliga también a los no creyentes. El no matar, el no robar, el no fornicar, el no calumniar, etc. es para todo el mundo, y no sólo para los creyentes. Aunque en una nación se legislara lícita la calumnia, no por eso la calumnia dejaría de ser una injusticia.

Nadie pude autorizar la muerte de un inocente, sea embrión, feto, enfermo o anciano, sin cometer, por ello un crimen de extrema gravedad .

Biológicamente no hay diferencia entre matar un embrión humano de veinticuatro horas o un niño de veinticuatro meses .

El Papa Juan Pablo II , dijo en Madrid el 2 de noviembre de 1982: Nunca se puede legitimar condenar a muerte a un inocente .

La Comisión Permanente del Episcopado Español, dijo el 5 de febrero de 1983: La despenalización del aborto nos parece gravemente injusta y del todo inaceptable. Ningún católico podrá en conciencia colaborar en la realización del aborto... Lo que hoy se llama interrupción voluntaria del embarazo, no podrá escapar a la calificación moral de homicidio .


Querer despenalizar el aborto criminal porque son muchas las mujeres que lo practican, es una aberración. En ese caso, habría que permitir los robos y los atracos cuando son frecuentes. La despenalización del aborto criminal para contentar las voces que lo reclaman, no convierte el aborto en bueno. Las cosas o se hacen buenas por ser frecuentes. En ese caso, el egoísmo, tan frecuente, sería bueno; y el heroísmo, tan excepcional, sería malo.

La despenalización del aborto lleva a que se realicen monstruosidades, como cubos de basura llenos de fetos humanos, o aquel ginecólogo que alimentaba a su perro con lo fetos que obtenía de los abortos que practicaba a las mujeres que acudían a su clínica.

Eso de que despenalizando el aborto se evitarían los abortos clandestinos es una utopía. En los países abortistas no han descendido los abortos clandestinos .

El órgano de la Asociación de Médicos de Munich, la Münchener Artzliche Anzeigen , ha demostrado en un informe, que en 1978 sólo se registraron 73.548 abortos de los 180.000 allí realizados.

A los dos años de despenalizarse el aborto en Francia, según el informe del Ministerio de Sanidad francés, sólo se registraron 45.000 abortos de los cientos de miles realizados, según fuentes del mismo ministerio .

El 23 de abril de 1978, el episcopado francés publica un documento contra el aborto, declarando que en cinco años de ley permisiva, el número de abortos ha aumentado, y que la ley abortista no ha servido para resolver las situaciones difíciles que trataba de arreglar .

En Francia, donde los anticonceptivos están al alcance de cualquiera, el 57% de las solteras llegan al matrimonio con dos o tres abortos .

En Estados Unidos donde también es muy fácil el uso de anticonceptivos, el número de abortos sigue creciendo: alrededor de un millón en 1973; en 1981 ha llegado a 1.500.000 abortos anuales .


Desde que hay ley abortista en Estados Unidos se han realizado 15 millones de abortos autorizados . En Inglaterra hubo 543 abortos de menores de 16 años en la primera mitad de 1970 .

Por otra parte, la despenalización del aborto para evitar los peligros de los abortos clandestinos realizados por inexpertos, trae peores consecuencias; se crea una conciencia colectiva de que no puede ser malo moralmente lo que está autorizado, y se aumenta enormemente el número de abortos. En Rumanía, después de despenalizarse el aborto en 1965, abortaron el 25% de las mujeres fértiles, hasta el punto de realizarse cuatro abortos por cada nacimiento. Esto hizo que el gobierno socialista de Rumanía revisase la legislación abortiva (719).

Estos asesinatos de seres humanos inocentes se ha generalizado en nuestra sociedad de un modo aterrador. Según el informe del fiscal del Tribunal Supremo sobre la delincuencia, en España se dan al año trescientos mil abortos provocados . En Estados Unidos se realizan al año más de un millón de abortos provocados . Según la Organización Mundial de la Salud, en el mundo se realizan al año cincuenta millones de abortos: cincuenta millones de asesinatos autorizados! .

Es una hipocresía defender como política de partido las libertades democráticas de la persona humana, y luego defender el aborto, privando del derecho a la vida a una persona inocente, aprovechándose que no puede defenderse, ni siquiera protestar. Los defensores del aborto criminal piensan mucho en los inconvenientes que tiene para la madre un hijo no deseado, pero no piensan en los derechos que ese hijo tienen a seguir viviendo.

En 1996 se bautizó en la Iglesia Católica el Dr. Bernard Nathanson , conocido en otro tiempo como el rey de aborto , pues desde 1945 había cometido 75.000 abortos. Fue Director de la mayor clínica abortista de Estados Unidos. En los años 80 se convenció de que el feto era un ser humano, y se volvió antiabortista.

Es autor del libro Abortando en América y de la película «El Grito Silencioso». La gente del Movimiento Pro-Vida le hicieron cuestionarse el ateísmo que había mamado desde pequeño. Dice: Comencé a considerar en serio la idea de Dios. Descubrí el Dios del Nuevo Testamento en quien yo podía encontrar el perdón que durante tanto tiempo busqué desesperadamente.

Convencido de que Dios me perdonaría los crímenes que había cometido.
Eso me resultó sumamente consolador para mi espíritu afligido .

Es inconcebible que los mismos que quitan la pena de muerte para asesinos, que son un peligro para la sociedad, condenen a muerte a seres inocentes en el seno de su madre. Qué podemos esperar de una sociedad que permite asesinar a niños no nacidos, por egoísmo de los mayores? Qué valores van a respetar los que no respetan el derecho a vivir de sus hijos inocentes? .



El Papa Juan Pablo II dijo en Polonia el 4 de junio de 1991: «Ningún gobierno tiene derecho a autorizar la muerte de seres humanos inocentes . El hombre progresa en la medida en que mejora .

Progresar no es tener más, sino ser más y mejor. Permitir asesinar a seres humanos inocentes no nacidos, no es progresar. Es retroceder.
Dar muerte voluntariamente a una persona inocente es siempre pecado mortal».

La Comisión Permanente del Episcopado Español ha publicado una declaración donde afirma ( en el n 6 ) que «el Estado no tiene autoridad para decidir que sea permisible suprimir la vida de un ser humano inocente». El 15 de octubre de 1993 Monseñor Elías Yanes Presidente de la Conferencia Episcopal Española, en el discurso de apertura de la Asamblea Plenaria, hablando del derecho a vivir de los seres humanos concebidos pero todavía no nacidos, expresó estas ideas: «El derecho a vivir es un derecho fundamental que el legislador no crea sino que debe reconocer y proteger.

Nadie, aunque no sea católico, tiene derecho a condenar a muerte a un inocente. El derecho a vivir de un ser humano inocente no depende de las opiniones humanas. El Estado no puede amparar legalmente la licitud de dar muerte a un ser humano inocente. Por encima de las leyes humanas está la ley natural, y ningún gobierno puede legislar contra la ley natural. Si bastaran las leyes humanas para hacer moralmente aceptable cualquier cosa, estarían justificados los crímenes de Hitler y Stalin que ellos ampararon legalmente».

Es curioso que muchos ecologistas son abortistas. Defienden a las plantas y a los pajaritos, y no les importa asesinar seres humanos. Un párroco de La Rioja fue multado por retirar de la torre de su iglesia unos huevos de cigüeña; pero no se castiga a la madre que mata a su hijo. Y es que, como dice monseñor Bira , Obispo de La Rioja, «el feto humano no es especie protegida».



Monseñor Gea , Obispo de Mondoñedo, ha publicado una pastoral titulada «El hombre, especie no protegida». Dice entre otras cosas: «Está muy bien que se multe a quienes destruyen nidos de cigüeñas o de águilas reales. Lo que es un contrasentido es que no se castigue también a quienes destruyen vidas humanas. Es que el que destruye vidas humanas inocentes en el seno de su madre, es menos asesino que el terrorista que pone un "coche bomba"? Qué dirían los políticos que defienden el aborto por "angustias" de la madre, si nos negáramos a pagar tributos exagerados por las "angustias" que esto nos produce?».

A mediados de septiembre de 1994 murieron el mismo día dos niños, Marcos Alegre, de trece años, y Judit Rivera de catorce, porque sus padres, Testigos de Jehová, se negaron a que les hicieran una transfusión de sangre que les hubiera salvado la vida. Esto es lamentable. Pero es ridículo que la ministra socialista de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, haga solemnes manifestaciones contra el hecho de que por motivos religiosos unos padres dejen morir a sus hijos, pues los padres no tienen derecho a disponer de la vida de sus hijos (720).

Y después ella promueve una ley que permite a miles de madres que asesinen a sus hijos inocentes, si así lo desean.
Defender el aborto criminal como un derecho de la mujer, es como defender la libertad del asesino para matar, y olvidarse del derecho que tiene la víctima a vivir.


Y si se trata de un embarazo por violación? La situación de una muchacha embarazada por violación es triste, pero esto no justifica el aborto. Qué culpa tiene el hijo? Por qué se le va a condenar a muerte a él? Si hay que castigar a alguien, es al violador. No va el hijo a pagar con su vida la culpa de su padre.

La honra de la madre no justifica el derecho a matar a su hijo. Si es un hijo no deseado, que lo entregue en adopción, pero matarlo es un crimen.

Eso de que la madre puede disponer de la vida de su hijo es una monstruosidad. La madre tiene obligación de que su hijo viva, y si es culpable de su muerte, nadie le quitará ese remordimiento . El aborto puede quedar impune ante la ley, pero no ante la conciencia; el remordimiento no la dejará dormir tranquila. Así me lo aseguraba una chica que se despertaba sobresaltada por las noches, mucho tiempo después de haber practicado el aborto, por el remordimiento de haber asesinado al hijo de sus entrañas. Me decía: Padre, a veces me despierto viendo a mi hijo a quien asesiné .

El doctor D. Antonio Peco , ginecólogo, con treinta años de profesión en la Seguridad Social y en su clínica privada, me habló del trauma psíquico que sobreviene después del aborto:

a) Remordimientos de conciencia por haber asesinado a su propio hijo.
b) Mujeres que tenían uno o dos hijos y abortaron al que venía de camino. Después perdieron uno o los dos hijos, y viven desesperadas, pues ya es tarde para encargar otro.
c) Matrimonios que no tienen valor de mirarse a la cara después de haber abortado, y terminan rompiendo definitivamente.
d) Padres que ayudan a sus hijas a abortar, y después terminan odiándose mutuamente. Con razón los psicólogos austríacos reconocen gran cantidad de neurosis y depresiones en mujeres que han abortado voluntariamente .



El Dr. Henry P. David , profesor de Psicología de la Universidad de Maryland de Baltimore (U.S.A.) dice: «El 64% de las mujeres a las que se ha realizado el aborto fueron ingresadas en hospitales psiquiátricos» (721).

Decía el Dr. Wilke : Es más fácil sacar un bebé del útero de una mujer que de su conciencia .

Tampoco se admite el aborto ante el peligro de que el niño pueda nacer subnormal . Es que los enfermos no tienen derecho a vivir? Es que vamos matar a todos los enfermos? Es que la solución de las enfermedades es matar a los enfermos? Esto sería muy cómodo y barato.

Se acabarían los problemas de la Seguridad Social. Pero nada puede justificar condenar a muerte a una persona inocente. Aparte de que esas predicciones de subnormalidad en los todavía no nacidos se presta a enormes errores. Así ocurrió cuando la nube tóxica de Seveso (Italia), que recomendaron a las madres embarazadas que abortaran ante el peligro de tener hijos subnormales, y luego resultó que las cuatrocientas madres que no quisieron abortar tuvieron hijos perfectamente sanos (722).

Lo mismo ocurrió en España con las embarazadas enfermas del aceite de colza, a quienes se les recomendó el aborto ante el peligro de tener niños anormales. Luego resultó, según el Dr.Zamarriego , Presidente del Consejo del Plan Nacional de Prevención de la Subnormalidad, que de cuatrocientos cincuenta partos de mujeres afectadas por el síndrome tóxico, ninguno de los nacidos ha presentado malformaciones (723).

Si se hubiera hecho caso a las predicciones, se habrían cometido cuatrocientos cincuenta asesinatos de niños inocentes.

El Dr. López Ibor denuncia el caso de una mujer a quien habían aconsejado abortar porque iba a tener un hijo deforme. Él la disuadió del aborto, y al año se le presentó ella con un niño precioso y perfecto (724).

Una señora italiana, Marisa Ferrante, al cuarto mes de embarazo, el ginecólogo le recomendó que abortase pues iba a dar a luz una niña con malformaciones: un auténtico monstruo. Ella no quiso abortar, y cuando su «monstruo» cumplió veinte años, fue elegida «Miss Italia, 1995» (725).

Recientemente ha aparecido una píldora abortiva , la RU-486, que ha producido malformaciones en el feto cuando su efecto no ha sido eficaz (726).

Una mujer francesa de treinta y un años de edad, que estaba tomando la píldora, falleció víctima de una accidente cardiovascular. Como se han multiplicado los accidentes y muertes mal explicadas en mujeres que la han tomado, el gobierno francés está «reexaminando» esta píldora abortiva .

Por eso el Tribunal Supremo norteamericano ha prohibido la píldora RU-486 en el territorio de los Estados Unidos, por considerarla mercancía peligrosa .

El Boletín Oficial del Estado francés, restringe el uso de la píldora abortiva RU-486, porque puede suponer un daño importante para la salud pública .

La mal llamada vacuna anticonceptiva ni es vacuna ni es anticonceptiva. No es vacuna, pues no previene ninguna enfermedad, sino que mata a un ser humano. Y no es anticonceptiva, pues lo que hace es impedir que siga viviendo un ser humano ya concebido. Es decir, que es abortiva.

El DIU (dispositivo intra-uterino) además de ser abortivo, pues impide la anidación del óvulo ya fecundado, es peligroso para la salud, pues puede producir infecciones y hasta perforación del útero (727) .

Hay que distinguir entre el aborto espontáneo , que ocurre involuntariamente, y el aborto criminal provocado que es un pecado gravísimo. También existe diferencia entre este último y el aborto terapéutico , que intenta salvar lo que puede salvarse en aquel trance.

En caso de que haya que elegir entre dos vidas, la del feto y la de la madre, se puede elegir la vida que parezca más importante. Se trata de aplicar a este caso el principio moral de la acción de doble significación. Con este nuevo enfoque el aborto terapéutico resultaría justificable. Así razona el Padre jesuita Marcelino Zalba , Catedrático de Teología Moral de la Universidad Gregoriana de Roma y Consultor de la Sagrada Congregación Pontificia de la Doctrina de la Fe (728). Si hubiera sido posible, se hubieran salvado la dos vidas.


Pero jamás puede ser lícito procurar voluntariamente un aborto directo El Dr. John Peel , ginecólogo de la Reina Isabel de Inglaterra ha calificado de valiosísima investigación científica la del Dr.Wynn , según la cual un gran porcentaje de niños anormales con malformaciones graves nacen así debido a que sus madres practicaron el aborto con anterioridad (729).

En el aborto peca, además de la madre, quien lo realiza, quien colabora y quien lo aconseja (730).

El Vaticano recuerda a los operadores sanitarios que tienen una obligación grave a presentar objeción de conciencia en el caso de legislaciones abortistas (731).

Quien practica el aborto queda excomulgado (732).

Lo mismo todos los que colaboren a él de modo eficaz y voluntariamente (733).
Es decir si el delito no se hubiera cometido sin su colaboración .

La excomunión es la pena canónica que la Iglesia impone a ciertos pecados muy graves para que no se cometan. Consiste en que al excomulgado se le prohíben todos los sacramentos menos el de la confesión. Pero no todos los sacerdotes pueden quitar la excomunión.

Desde el siglo primero la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado . El aborto se condena en la Iglesia desde los tiempos de la «Didajé», en el siglo I (734).