36,1.-El camino para llegar a Dios es el que Él mismo nos ha señalado revelándonos una religión.
La religión verdadera sólo puede ser una, pues las religiones se contradicen entre sí y la verdad sólo puede estar en uno de los dos campos Si sobre un punto concreto, y desde un mismo punto de vista, unos dicen que sí y otros que no, no pueden los dos tener la razón al mismo tiempo.
Si uno dice que Cervantes nació en España y otro dice que nació en Inglaterra, es evidente que no pueden tener los dos razón al mismo tiempo. Uno de los dos se equivoca. Los católicos decimos que Cristo es Dios. Otros lo niegan. Es claro que no podemos tener todos la razón.
Por eso sólo hay una religión verdadera. Pero para conocerla no hace falta estudiar todas las religiones. Basta conocer los motivos de credibilidad del cristianismo para saber que es la religión verdadera.
Sería absurdo pensar que Dios ha revelado varias religiones contradictorias entre sí.
La única religión verdadera es la que Dios ha revelado, y la podemos conocer por señales ciertas, como son los milagros de Jesucristo .
La religión católica ha sido fundada por Cristo-Dios . Todas las demás religiones han sido fundadas por hombres. Ni Buda, ni Confucio, ni Mahoma, ni Lutero, etc., pretendieron ser Dios.
Para confirmar que era verdad lo que decía, Jesucristo hizo varios milagros. Sobre todo su propia resurrección (ver n 35 ).
36,2. Antes de resucitar a Lázaro , dirigió a su Padre celestial esta breve oración: «Gracias te doy, Padre mío, porque me has oído. Ya sé que siempre me oyes, pero lo digo por el pueblo que me rodea, para que crean que Tú me has enviado» (395).
Los milagros de Jesucristo nos constan por la historicidad y autenticidad de los Evangelios, que se demuestra científicamente muchísimo mejor que la de otros libros de los que no duda ninguna persona culta.
«El prejuicio sistemático de sospecha que ha recaído sobre los Evangelios, durante casi un siglo, recae actualmente, gracias al estudio de los criterios de autenticidad, sobre quienes niegan su autenticidad. Esta inversión de las posiciones no es un retorno a la ingenuidad crítica, sino la consecuencia de que los Evangelios han encontrado de nuevo crédito a los ojos de la crítica histórica» (396).
Aquella generación cristiana que había presenciado los hechos que se narran en los Evangelios, los encontraban tan correctamente relatados, que los copiaban a mano (entonces no había imprenta) y los transmitían de generación en generación, de modo que hoy tenemos de los Evangelios más copias que de ningún otro libro de aquel tiempo.
El autor clásico contemporáneo de Jesucristo de quien conservamos mejores documentos es Virgilio . Pues bien, de Virgilio, sólo tenemos tres códices unciales. En cambio de los Evangelios tenemos doscientos diez. Superioridad aplastante! (397).
De Aristóteles que vivió 300 años antes de Cristo , cuyo «Tratado de Lógica» sigue siendo hoy día la base de todo razonamiento filosófico, el manuscrito más antiguo que conservamos es 1400 años posterior a él.
Nuestro gran historiador contemporáneo de fama mundial, Menéndez Pidal , Premio March, que murió en 1968, en su «Historia de España», en treinta tomos, de la Editorial Espasa Calpe, fundamenta algunas de sus afirmaciones en la obra «Germania» del historiador romano Tácito, posterior a Cristo , pues murió el año 120. Pues bien, de la Germania , de Tácito , el códice más antiguo que se conserva es 1340 años posterior a él (399).
Del historiador griego Polibio , que murió 120 años antes de Cristo , y de quien Mommsen, Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Berlín y Premio Nobel, dice que a él es a quien deben las generaciones posteriores, incluso la nuestra, los mejores documentos acerca de la marcha de la civilización romana , el manuscrito más antiguo que de él conservamos es 1067 años posterior a su muerte(400).
36,4. En cambio, de los Evangelios conservamos manuscritos muy próximos a ellos. El Evangelio de San Juan se escribió el año 95 (401);
El papiro Bodmer II , que se conserva en la Biblioteca de Cologny, en Ginebra, y que contiene casi en su totalidad el Evangelio de San Juan, es 100 años posterior a él (403). En 1956 fue publicado por V. Martín (404). De los tres siglos posteriores a Jesucristo se conservan treinta papiros (405). Esto es un caso único en toda la historiografía grecorromana.
En 1972 el Padre José O'Callaghan, jesuita español papirólogo, Profesor de la Universidad Gregoriana de Roma, y Decano de la Facultad Bíblica del Pontificio Instituto Bíblico de Roma, y de la Facultad Teológica de Barcelona, descifró unos fragmentos de papiros encontrados en la cueva 7 del Qumrán (Mar Muerto). Se le identifica así 7Q5. Se trata del texto de San Marcos, 6: 52s.
En once cuevas aparecieron seiscientos rollos de pergaminos. En estos manuscritos, que se descubrieron en 1947, han aparecido textos del Éxodo, Isaías, Jeremías, etc. De casi todos los libros del Antiguo Testamento. El texto descifrado por el P. O'Callaghan es un fragmento del Evangelio de San Marcos enviado a Jerusalén por la cristiandad de Roma y que los esenios escondieron en esa cueva en ánforas, una de las cuales tiene el nombre de ROMA en hebreo (406).
Probablemente esto ocurrió cuando la invasión de Palestina por los romanos, antes de la ruina de Jerusalén del año 70. En concreto cuando se aproximaban las tropas de Vespasiano el año 68 .
Este descubrimiento ha sido considerado como el más importante de este siglo sobre el Nuevo Testamento. En 1991 se ha publicado una edición facsímil con 1.787 fotografías de estos manuscritos.
Esta interpretación del P. O'Callaghan ha sido recientemente confirmada por el eminente Profesor alemán de la Universidad de Oxford, Carsten Peter Thiede , en la prestigiosa revista internacional BIBLICA (407). Thiede, dice textualmente:
Conforme a las reglas del trabajo paleográfico y de la crítica textual, resulta cierto que 7Q5 es Marcos , 6: 52s . El 7Q5 es el papiro de O'Callaghan .
Son cada vez más los que aceptan esta identificación, ha dicho el P. Ignacio de La Potterie, S.I., como se ha visto en el Simposio Internacional celebrado del 18 al 20 de octubre de 1991 en Eichstät (408), donde apoyaron esta opinión los expertos en papirología Hunger, de la Universidad de Viena, y Riesenfeld, de la Universidad de Upsala (Suecia).
El texto 7Q5 ha sido estudiado en ordenador por IBICUS de Liverpool, y se ha demostrado que esa combinación de letras, en la Biblia, sólo se encuentra en Marcos 6: 52s, que es el 7Q5 (409).
El paleógrafo inglés Roberts, de la Universidad de Oxford, primera autoridad mundial en paleografía griega, antes de que se descifraran estos papiros, estudiando la grafía, afirmó que eran anteriores al año 50 después de Cristo, es decir, unos 20 años después de la muerte de Jesús , y 10 años después que Marcos escribiera su Evangelio. Sin duda es anterior al año 68 en que fueron selladas las cuevas del Qumrán, con los papiros dentro, antes de huir de las tropas de Vespasiano, que invadieron aquel territorio el año 68. Se trata, por lo tanto, del manuscrito más cercano a Jesús de todos los conocidos (410).
El descifrador de estos documentos ha manifestado que ya no puede afirmarse que el Evangelio sea una elaboración de la antigua comunidad cristiana, y que tuvo un período más o menos prolongado de difusión oral antes de ser escrito, sino que tenemos ya la comprobación de los hechos a través de fuentes inmediatas.
Este descubrimiento confirma científicamente lo que la Iglesia ha enseñado durante diecinueve siglos: la historicidad de los Evangelios.
La ofensiva contra la historicidad de los Evangelios comenzó con Friedrich Strauss en 1835. La renovó Ernest Renán en 1863.
Modernamente Rudolf Bultmann afirma que no podemos saber nada sobre la vida de Jesús, pues los Evangelios son la idealización de una leyenda de generaciones posteriores . Si el 7Q5 es del año 50, esta idealización no es posible en contemporáneos.
Uno de los seguidores de Bultmann ha dicho de este descubrimiento del 7Q5: «Habrá que echar al fuego siete toneladas de erudición germánica» (411). El lapso de tiempo que transcurre entre los acontecimientos y la composición de los Evangelios es tan breve, que no permite la formación de un mito contrario a la historia .
Recientemente el Dr. Carsten Peter Thiede ha publicado en la revista alemana «Zeitschrift Für Papyrologie», especializada en papirología, haber descubierto un papiro con un fragmento del capítulo veintiséis del Evangelio de San Mateo , escrito en el siglo I de nuestra Era. Se trata del «Magdalen Cr. de Roma 17», por encontrase en la Biblioteca del Colegio de la Magdalena de Oxford.
Fue donado a este Colegio por el Rvdo. Charles B. Huleat, antiguo alumno de este Colegio, que había sido capellán de la Iglesia Británica de Luxor, en Egipto (412). Allí se lo compró a un anticuario.
Se trata de tres fragmentos de Mateo escritos el año 70. En la Navidad de 1994 la noticia salta a la primera página del The Times . Hace unos meses Thiede ha publicado un libro sobre el tema:
Testigo ocular de Jesús . Su lectura es un verdadero placer intelectual y espiritual .
36,5. El Padre B. Manzano, S.I. , que ha escrito la vida documentada de Jesucristo más moderna que tenemos en castellano, y que es un especialista en temas de Palestina, da estas fechas en las que probablemente se escribieron los tres Evangelios sinópticos.
El Evangelio de San Mateo , entre el 37 y el 42.
El Evangelio de San Marcos , entre el 40 y el 45.
El Evangelio de San Lucas , entre el 47 y el 56.
El Evangelio de San Juan , como dije antes, se escribió en el año 95
H.J. Schultz , Profesor de la Universidad de Würtzburg (Alemania) afirma que ningún Evangelio sinóptico fue escrito después del año 70. Esta opinión ha sido apoyada por el célebre exégeta Rudolf Schnackenburg por el peso de las argumentaciones presentadas .
Algunos piensan que si los Evangelios se escribieron varios años después de la muerte de Cristo , quizás no reflejaran con exactitud los dichos de Jesús, sino que tal vez sean una libre reconstrucción. Pero hay que tener en cuenta la costumbre de los hebreos de memorizar la Biblia, el Talmud, la Torá, etc. De este modo podemos tener la garantía de que los textos evangélicos nos acercan al verdadero pensamiento de Jesús y a su propia palabra .
Es, además, excepcional el estado de conservación . De los autores latinos las obras completas más antiguas que conservamos son posteriores al siglo VIII. En cambio, códices evangélicos completos, de los siglos IV al VI, se conservan setenta y ocho.
Por todo esto, el gran crítico inglés en literatura clásica, B.H.Streeter, confiesa que los Evangelios (en cuanto a su autenticidad) tienen la posición más privilegiada que existe entre todas las obras de la antigüedad.