37,13. Los milagros de hoy día son una prueba a favor de la Iglesia Católica.

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El Concilio Vaticano I (467) afirma tres cosas de los milagros:

a) que son posibles
b) que pueden ser conocidos con certeza
c) que con ellos se prueba legítimamente el origen divino de la Religión Cristiana.

Desde 1882 funciona en Lourdes una Oficina de Comprobaciones Médicas.

Hasta 1955 habían desfilado por esta Oficina 32.663 médicos. Esta Oficina acepta la inscripción de todo médico que lo solicite, cualesquiera que sean sus creencias religiosas, nacionalidad, etc. De hecho los ha habido católicos, protestantes, judíos, hindúes, y hasta ateos racionalistas. En miles de casos han declarado que la curación fue inexplicable desde el punto de vista médico. El enfermo fue examinado por los médicos antes y después de la curación. La existencia de la enfermedad tiene que constar antes de la curación con pruebas clínicas: radiografías, biopsias, encefalogramas, análisis bacteriales, etc., según lo demande la naturaleza de la enfermedad.

Quedan excluidas de antemano todas las enfermedades que sean puramente nerviosas. Tiene que tratarse de enfermedades orgánicas, no puramente funcionales. La curación debe ser científicamente inexplicable, por no haberse aplicado tratamiento adecuado, instantánea y duradera. Se somete al enfermo a observación durante un año.

Sólo entonces la Oficina de Comprobación afirma que la curación es inexplicable, científicamente hablando.

Hasta 1954 habían pasado por Lourdes más de un millón de enfermos. En los archivos de la Oficina Médica de Lourdes hay 3.184 expedientes de curaciones inexplicables por la Medicina. De éstos la comisión eclesiástica en 19 años de trabajo sólo ha aceptado cincuenta y cuatro casos como auténticos milagros .

No es que los demás no sean milagros. Es que la Iglesia es rigurosísima antes de declarar un hecho como milagroso, y un hecho milagroso auténtico puede no ser reconocido como tal por la Iglesia por falta de algún requisito. Dios no hace milagros para que sean comprobados científicamente, sino como respuesta a la oración de las personas que se lo piden con fe, aunque falten requisitos para una comprobación científica. El rigor de la Iglesia en aceptar hechos milagrosos nos debe dar confianza en los casos que la Iglesia acepta como milagros.

Es famoso el caso de la enferma Marie Bayllie Ferrant, que fue examinada por Alexis Carrel , Premio Nobel de Medicina. Él mismo cuenta el caso en su libro Viaje a Lourdes. Acompañaba por curiosidad una peregrinación de enfermos a Lourdes. Era escéptico. Entre los enfermos escogió a Marie Bayllie por parecerle que era el caso más desesperado. Llegó a decir: Si esta enferma se cura, sería un milagro verdadero. Entonces yo creería . La enferma tenía peritonitis tuberculosa en último grado. Él mismo la había desahuciado como un caso perdido. Sin embargo en Lourdes, ante los ojos atónitos de Alexis Carrel , aquel abdomen voluminoso descendió instantáneamente a su volumen normal. Él examinó a la enferma y la encontró curada. Cumplió su palabra. Se convirtió al catolicismo, y murió católico (468)

El doctor Leuret , Jefe de la Oficina Médica de Lourdes ha publicado un libro, traducido al español por la Editorial FAX titulado Curaciones milagrosas modernas, donde se narran varios casos con los nombres de los enfermos, reproducciones de las radiografías, etc., y las firmas de los médicos que certifican las curaciones inexplicables desde el punto de vista científico.

Voy a dar cuenta aquí de dos hechos milagrosos de los cuales tengo en mi poder acta notarial.


Miguel Juan Pellicer , de 23 años, labriego de profesión, regresando del campo, se cae del carro, una rueda le pasa sobre una pierna y se la tienen que cortar. Le ponen una pata de palo , y así está dos años y medio pidiendo limosna en la puerta de la Basílica del Pilar de Zaragoza. Todo Zaragoza le conoce como el Cojo de Calanda. Calanda era su pueblo. Él le pedía a la Virgen del Pilar que no quería ser mendigo toda su vida, y una mañana amanece con las dos piernas. Todo Zaragoza que le había visto durante dos años y medio con la pierna cortada y la pata de palo , lo ve ahora con las dos piernas. De esto hay acta notarial, firmada por veinticinco testigos. El original está en el despacho del Alcalde de Zaragoza. Cuando yo estuve en Zaragoza dando conferencias en la Parroquia de Santa Engracia, un día me fui al Ayuntamiento a ver este acta notarial, y el secretario del Alcalde, amablemente, me regaló una edición facsímil que tengo en mi poder.

Otro caso es de Manuela Cortés Colmillo , a quien yo conocí personalmente. Vivía en un cortijo cerca de El Puerto de Santa María, en Cádiz. No tenían luz eléctrica. Se alumbraban con candiles de carburo. Un día le reventó en las manos un candil y le quemó los ojos.

Estuvo seis meses con los ojos como los de una pescadilla frita en frase de la familia. La trataba el Dr. D. José Pérez-Llorca . A los seis meses, ante una pregunta de la hija que acompañaba a la enferma, el doctor certifica que la ceguera era irreversible. Al volver a casa, ella desconsolada, le pide a la Virgen de Fátima: Madre mía Santísima, tú que eres tan milagrosa, por mis nueve hijos, que yo vea. En ese instante recuperó la vista. En un taxi se fueron a ver al médico.

Éste, que a las doce del mediodía había diagnosticado ceguera irreversible, y a las tres de la tarde se le presenta la mujer con los ojos como nosotros, repetía: Esto no tiene explicación .

De este hecho tengo un acta notarial donde firman treinta y dos testigos: hijos, nueras, yernos, vecinos y, sobre todo, el médico que la trató, D. José Pérez-Llorca , Miembro de la Real Academia de Medicina, Presidente de la Sociedad Oftalmológica Española, General Inspector del Cuerpo de Sanidad de la Armada. Este doctor, treinta años catedrático de oftalmología y uno de los más prestigiosos de España en Oftalmología Clínica, firmó ante notario: Me quedé sorprendido de aquella repentina e inexplicable curación de aquella ceguera que yo acababa de diagnosticar irreversible .

También tengo copia del Acta notarial de D. Leonardo Herrero Miranda Notario de Picasent (Valencia) en que se narra la curación de la Hermana Remedios Pagant Coloma , a quien conocí personalmente. Al final, la firma del Notario va acompañada de la firma de veinte testigos.

En el texto de este Acta se dice que a los 30 años tuvo un tumor en el hígado con ictericia negra del cual sólo se salvan el 1% de los que la padecen. Sufrió cinco operaciones. La última fue para abrir y cerrar, pues el hígado estaba deshecho. No querían llevarla a Lourdes porque temían se muriera en el camino. El Arzobispo de Valencia D. Marcelino Olaechea dijo: Estos son los enfermos que hay que llevar a Lourdes.

Por fin se decidieron a llevarla. En el camino entró en coma, asegurando que desde Sagunto a Lourdes no se enteró absolutamente de nada. En el viaje iba con gotero y dos enfermeras continuamente a su lado para hacerse cargo del cadáver, porque esperaban la muerte de un momento a otro. Llevaban todos los papeles arreglados para poder trasladar el cadáver.

Al llegar a Lourdes le quitaron el gotero para poder meterla en la piscina. Nada más tocar con los pies el agua, vio como una luz y sintió como si le quitaran diez arrobas de peso de encima, y como pasar de un morir a un resucitar . Son palabras textuales de ella.

Inmediatamente se le quitaron los dolores que tenía desde hacía seis años. Dolores tan fuertes que a veces perdía el conocimiento y tenían que administrarle morfina y Pantopón. Llegando a tener a veces hasta 42 grados de fiebre.

La metieron en la piscina entre dos personas y salió sola por sus propias fuerzas. Se le quitó de repente la fiebre que en aquellos momentos era de 40 grados. Al salir tenía 36'5 de temperatura.

Inmediatamente pidió comer pollo, que hacía años que no lo probaba. Desde aquel momento se encontró perfectamente hasta hoy, que a los 23 años de la curación, se encuentra ágil y sana. Trabaja de cocinera en un colegio. Del hígado jamás volvió a tener nada. Le han hecho 25 placas y no hay señal alguna de tumor.

La trataron durante seis años los catedráticos del Aparato Digestivo de Valencia, Dres. D. Francisco Gómez y D. Fernando Carbonell .

El historial de este caso está en la Oficina Médica de Lourdes .

Los milagros confirman nuestra fe en Cristo , en la Virgen y en la Iglesia Católica.


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