46.- JESUCRISTO ESTA REAL Y VERDADERAMENTE PRESENTE EN EL SAGRARIO, AUNQUE ENCUBIERTO BAJO APARIENCIAS DE PAN, EN LA HOSTIA CONSAGRADA.
47.- JESUCRISTO TAMBIÉN ESTÁ ENCUBIERTO BAJO APARIENCIAS DE VINO EN EL CÁLIZ CONSAGRADO.
47,1. En la Eucaristía permanecen el olor, color y sabor del pan y del vino; pero su substancia se ha convertido en el Cuerpo y en la Sangre de Jesucristo.
Substancia es aquello por lo cual algo es lo que es. Lo que hay de permanente en el ser, por lo cual subsiste. No lo que es transitorio y accidental, que no es esencial y constante, y que necesita una substancia donde residir: como son el color, el olor y el sabor .
47,2. La Hostia, antes de la Consagración, es pan de trigo. La Hostia, después de la Consagración, es el Cuerpo de Jesucristo , con su Sangre, su Alma y su Divinidad. Del pan sólo quedan las apariencias, que se llaman especies sacramentales.
47,3. En el cáliz, antes de la Consagración, hay vino de uva. En el cáliz, después de la Consagración, está la Sangre de Cristo , con su Cuerpo, su Alma y su Divinidad. Del vino sólo quedan las apariencias, que se llaman especies sacramentales.
Jesucristo en razón de su única Persona está entero en cada una de las dos especies sacramentales; por eso, para recibirlo, no es necesario comulgar bajo las dos especies de pan y vino: basta cualquiera de las dos para recibirlo entero .
47,4. La palabra griega "soma" en la antropología hebrea significa cuerpo en su totalidad; no en contraposición con la sangre. Igualmente la palabra "aima" (sangre) significa lo que es el hombre en su totalidad. Cristo repite la misma idea para confirmarla, para remacharla. Es un paralelismo llamado "climático" muy frecuente en el modo de hablar hebreo.